Funciones y causas de los pensamientos intrusivos

Los pensamientos intrusivos son experiencias mentales que aparecen de forma inesperada, a veces incluso sin ninguna razón aparente. Para muchos, pueden ser perturbadores o incómodos, lo que lleva a intentar evitarlos o eliminarlos. Sin embargo, ¿sabías que estos pensamientos también pueden cumplir funciones importantes para nuestra mente?

En este artículo, exploraremos cómo, a pesar de ser molestos, los pensamientos intrusivos tienen un propósito y pueden ser útiles en algunas situaciones. Entender su función es clave para aprender a manejarlos mejor.

¿Qué son los pensamientos intrusivos?

Los pensamientos intrusivos son aquellos pensamientos que aparecen de manera espontánea, sin que los hayamos buscado conscientemente. Pueden ser negativos, absurdos o incluso alarmantes, y su contenido puede variar mucho. Es importante aclarar que tener este tipo de pensamientos no significa que haya algo “malo” en la persona, ni que realmente desee lo que estos pensamientos sugieren.

Para muchas personas, el instinto natural es luchar contra ellos, intentando evitarlos. Pero la ciencia nos muestra que esto puede llevar a un ciclo donde los pensamientos se vuelven más persistentes. Entonces, ¿por qué aparecen y qué función cumplen?

La función adaptativa de los pensamientos intrusivos

Aunque suene sorprendente, los pensamientos intrusivos pueden tener funciones adaptativas. A continuación, algunas formas en que cumplen un propósito útil:

  1. Procesamiento de experiencias difíciles Los pensamientos intrusivos pueden ser la forma en que nuestro cerebro procesa experiencias que han sido emocionalmente intensas. Cuando vivimos algo que nos impacta, nuestra mente intenta darle sentido a la situación, incluso si esto significa traerla a la conciencia repetidamente. En este contexto, los pensamientos intrusivos pueden ayudarnos a procesar y entender lo que hemos vivido, facilitando el aprendizaje emocional.Esto se relaciona con teorías de procesamiento emocional en psicología, que sugieren que nuestro cerebro intenta integrar experiencias significativas para lograr una mejor comprensión de nosotros mismos y del entorno
  2. Anticipación y preparación para posibles riesgos: Algunos pensamientos intrusivos aparecen como una especie de “alerta” que el cerebro genera para prepararnos ante posibles amenazas. Aunque a veces sean exagerados, este mecanismo tiene una función adaptativa: nos mantiene atentos a posibles situaciones de peligro. Si, por ejemplo, tienes un pensamiento intrusivo sobre tropezar en una escalera, tu mente podría estar anticipando un riesgo para que tomes precauciones.Este aspecto se relaciona con el papel que los mecanismos de ansiedad juegan en la supervivencia, preparándonos para enfrentar potenciales amenazas. Aquí es donde podemos entender que, aunque los pensamientos sean incómodos, cumplen un propósito evolutivo.
  3. Explorar posibilidades sin tomar acción Los pensamientos intrusivos pueden ser una forma de experimentar ciertas situaciones sin tener que actuar en la realidad. Imaginemos pensamientos relacionados con la duda o el miedo; estos pueden surgir para que exploremos mentalmente distintas posibilidades, como si nuestra mente estuviera “probando escenarios”. Esto es parte de cómo procesamos y entendemos el mundo que nos rodea, incluso si las imágenes o ideas que surgen no son agradables.No es raro que en terapia se enseñe a aceptar estos pensamientos como parte del funcionamiento natural de la mente, evitando reaccionar de forma negativa ante ellos. La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) es un buen ejemplo de cómo se puede trabajar para cambiar la relación que tenemos con los pensamientos intrusivos.

¿Por qué intentar evitar los pensamientos intrusivos puede ser contraproducente?

Uno de los mayores errores que solemos cometer es intentar bloquear o evitar estos pensamientos. Pero la evidencia científica indica que luchar contra ellos puede hacerlos más persistentes. Este fenómeno, conocido como el efecto rebote, nos lleva a tener incluso más pensamientos intrusivos cuando intentamos evitarlos.

En lugar de intentar eliminarlos, un enfoque más eficaz es aprender a aceptarlos y entender por qué están ahí. En algunas ocasiones, podrían estar cumpliendo una función útil. Si los pensamientos intrusivos se vuelven demasiado problemáticos, buscar apoyo a través de la psicoterapia puede ayudarte a desarrollar estrategias para gestionarlos mejor. Contáctanos para más información.

Cómo manejar los pensamientos intrusivos: Enfoques basados en evidencia

Si bien los pensamientos intrusivos cumplen una función, no significa que debamos simplemente soportarlos sin más. A continuación, algunas estrategias basadas en la evidencia para lidiar con ellos de forma más saludable:

  1. Aceptación sin juicio: Aprender a observar los pensamientos sin reaccionar negativamente. Esto puede ayudarte a reducir la ansiedad asociada a ellos.
  2. Mindfulness: Practicar la atención plena puede ayudarte a distanciarte de los pensamientos y verlos como lo que son: solo pensamientos, no realidades.
  3. Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): Trabaja en cambiar tu relación con los pensamientos, sin intentar eliminarlos. La ACT enseña que los pensamientos son eventos mentales que no tienen por qué dictar tu comportamiento.

Conclusión: La utilidad de los pensamientos intrusivos

Aunque los pensamientos intrusivos suelen ser molestos y difíciles de manejar, entender su función puede cambiar nuestra perspectiva sobre ellos. A veces, estos pensamientos están ahí para ayudarnos a procesar experiencias, prepararnos para posibles riesgos o explorar situaciones sin tener que actuar.

Aceptar su presencia y aprender a manejarlos de forma eficaz puede ser más útil que luchar contra ellos. Si sientes que los pensamientos intrusivos afectan tu calidad de vida, la psicoterapia puede ofrecerte herramientas valiosas para gestionarlos y recuperar tu bienestar emocional. Consulta los servicios que te puedo ofrecer.


Bibliografía:

  1. Clark, D. A., & Rhyno, S. (2005). “Intrusive Thoughts in Nonclinical Individuals: Implications for Emotional Processing”. Journal of Obsessive-Compulsive and Related Disorders.
  2. Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (2016). Acceptance and Commitment Therapy: The Process and Practice of Mindful Change. The Guilford Press.

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